Dicen que es el oficio más antiguo del mundo, aunque es de esas frases hechas que, por más verdad que esconda, no puede corroborarse de ninguna manera. Lo que sí está claro es que la prostitución está ahí desde que el ser humano es una especie poderosa, y tuvo que aprender a compartir bienes a través de la compra-venta. Antes de que el dinero existiera, los trueques solían ser más sencillos, e incluso se llevaban a cabo en “especie”. El sexo siempre ha sido un arma para controlar a los demás y asegurarse un lugar de privilegio en una cultura o sociedad determinada. Y es que al fin y al cabo todos tenemos deseos sexuales, y hay personas que no encuentran tan fácil el saciarlos. ES por eso que nunca van a faltar clientes para aquellas mujeres que ofrecen sus servicios sexuales a cambio de dinero.
La prostitución engloba también a los hombres y personas trans, pero está claro que la inmensa mayoría de las personas que la llevan a cabo son mujeres. Esto ha sido así desde la Antigüedad, por dos motivos muy evidentes. El primero, el ser humano siempre ha entendido que el hombre tiene un mayor deseo sexual que saciar que la mujer, por desear “esparcir” su estirpe por todo el mundo a través de la reproducción. De aquí surge también el otro motivo, el considerar que la mujer debe estar sometida en cierto sentido al hombre, y no puede tener deseos sexuales por su cuenta. Es un pensamiento bastante machista que no siempre se ha dado en las culturas que nos preceden, pero sí ha sido habitual desde la Edad Media a nuestros días. La prostitución no es más que una anomalía en el sistema que muchos consideran perfecto. Una necesidad, una válvula de escape para que cualquier persona, sea hombre o mujer, pueda desatar su deseo sin que haya sentimientos de por medio. Y su situación en nuestro continente sigue siendo bastante confusa.
Regulación de este sector en Europa
La prostitución es un tema muy delicado a tratar en cualquier país europeo. Se unen un gran número de factores que lo convierten en algo peliagudo, como la propia moralidad religiosa de cada país, o la situación de las mujeres que llevan a cabo este trabajo, en muchos casos obligadas por proxenetas que las explotan laboralmente. La prostitución ha existido desde siempre y seguirá existiendo, sea legal, ilegal o alegal, así que las autoridades tratan de buscar una solución que acabe con esa parte negativa que tiene y permita que las mujeres puedan trabajar libremente. Para muchos, sin embargo, la abolición debería ser la única solución admisible. Si bien los países de la Unión Europea tratan de consignar una misma dirección en este tipo de legislaciones, en el caso de la prostitución encontramos diferentes puntos de vista según la nación.
Alemania, ¿el país más liberal?
Para muchos, Alemania siempre ha sido un país sobrio, muy marcial, obsesionado con el orden, con legislarlo todo… Sin embargo, en cierto sentido, los alemanes también han sido bastante adelantados a su tiempo en cuanto a leyes progresistas. De hecho, Alemania es uno de los pocos países europeos que tiene totalmente legalizada la prostitución, incluyendo a las mujeres que trabajan en burdeles (siempre con la sombra de una posible explotación). Al ser un trabajo totalmente reconocido, las prostitutas tienen derecho a seguro, paro y cualquier otra ventaja de trabaja tanto por su cuenta como para una empresa. El seguimiento que se realiza a estas trabajadoras es minucioso, y existen incluso sindicatos que las defienden de cualquier problema que puedan encontrarse en el trabajo. Es una situación parecida a la que tienen otros países como Austria, Grecia o Países Bajos.
Holanda y su famoso barrio rojo
Si hay un lugar reconocido por su liberalismo en lo sexual, ese es el Barrio Rojo de Amsterdam, una de las ciudades más importantes de Holanda. En este lugar encontraremos numerosas sex shops, pero también burdeles y locales de striptease donde podemos tener encuentros con las chicas que trabajan en ellos. Son famosos los locales que muestran a estas chicas en sus escaparates, bailando y moviéndose de forma sugerente, para llamar la atención de los clientes. Holanda es, como Alemania, uno de los pocos países que ha legalizado por completo la prostitución, consiguiendo que el sector se encuentre plenamente desarrollado dentro de los márgenes usuales, como cualquier otro. Esto ha ayudado a proteger a las chicas y a evitar también que sean explotadas, o al menos, que lo sean más que en otros trabajos. Por eso Amsterdam se ha convertido en una de las ciudades más visitadas en Europa por los amantes del sexo.
Suiza y Austria
Seguramente no es casualidad que los otros dos grandes países reformistas en Europa, Austria y Suiza, tengan también legalizada la prostitución a todos los niveles, incluyendo a aquellas mujeres que trabajan en burdeles. Tal vez por la influencia que ejerce Alemania sobre estos territorios, las leyes suizas y austríacas también permiten los encuentros sexuales a cambio de dinero, y la legalidad de este trabajo es total. El haberse quitado de encima en buena parte la influencia católica desde hace siglos ha podido permitir que en estos países, el sexo profesional se vea de otra forma. Es cierto que hay menos cantidad de prostitutas y prostíbulos que en Alemania o Países Bajos, pero aun así, la ley los defiende y los cobija, algo que no ocurre en la mayoría de países del continente.
¿Qué hay de Portugal, Italia y España?
En Europa del Este, por ejemplo, encontramos numerosos países que han prohibido por ley cualquier tipo de prostitución, centrando además el castigo en el que se prostituye. En los países nórdicos, la situación es parecida, aunque el castigo se centra en quien contrata los servicios. Y en el sur de Europa, en países como España, Italia y Portugal, se da una de esas situaciones que son fruto de la desidia y la dejadez de los gobernantes. La prostitución en estos países es alegal, es decir, no está regulada, ni para bien ni para mal. No es algo ilegal, no está penada por ley, así que se puede realizar, pero aquellas personas que se dediquen a esto de forma profesional no tendrán acceso a ninguna ventaja laboral. La prostitución está en un limbo del que es difícil sacarla si no se toman decisiones valientes, como en Alemania u Holanda. Diversas asociaciones e incluso algunos partidos políticos están abogando por ello, por regular este trabajo, pero también hay muchos que apuntan directamente a su abolición. Y como en casi todo lo que se refiere a política, ponerse de acuerdo es complicado.